jueves, 23 de junio de 2011

Que nadie se acojone, los Mayas pueden equivocarse

Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, querid@s amig@s, etc. etc. y etc. He visto con mis propios ojos, o mejor dicho, he leído con mi propia vista como algunos de mis más queridos amigos y lectores se acojonan ante la visión del reloj que he puesto en el blog que marca lo que falta para el fin del mundo según los Mayas.
Ante todo quiero deciros mis queridos amigos que no es mi intención deprimiros o asustaros, más bien todo lo contrario, por ello os recomiendo bajo el reloj de marras que aprovechéis lo que os queda y seáis felices hasta ese día.
Si dijese que la vida es bella y hermosa mi psiquiatra me quitaría ipso facto el tratamiento e incluso podría llegar a pensar que voy a su consulta de cachondeo. Por eso no lo voy a decir, me limitaré a decir que la vida es como es y que esto que llamamos mundo no es más que una simple piedrecilla en la inmensidad del universo. Por poner un ejemplo más clarificador diré que es como una simple arenilla de playa en las inmensas Dunas de Corrubedo.
Y como no es más que una arenilla de nada puede pasar que un día alguien la pise, y ya que hablo del mundo, puede pasar que un día otra arenilla que rula por la inmensidad del universo impacte contra nosotros y nos vayamos todos al carallo igualito que se fueron los dinosaurios antaño. Ahora bien, no es mi intención desprestigiar a los Mayas, igual que tampoco sé como según sus predicciones será el fin del mundo. Ahora bien, según tengo entendido la única especie que persiste desde la época de los dinosaurios son los cocodrilos. Esto me lleva a pensar que si estos se salvaron de aquel holocausto, seguro que fue porque cuando el meteoro que impactó contra la tierra y provocó su extinción, estos estaban sumergidos.
Por daros ánimos y para que no os toméis a la tremenda eso del fin del mundo, diré que si el motivo de este final viene dado a que otro meteoro impactará contra la tierra todavía tenemos varias opciones para salir ilesos del trance.
Digo yo que si los cocodrilos sobrevivieron por estar sumergidos en el momento del impacto, nosotros podemos hacer lo mismo. Tómatelo a cachondeo si quieres, pero yo ya he tomado mis medidas para ello: he sacado el traje de neopreno de la bolsa en la que lo guardaba y lo tengo colgado en el trastero, presto y dispuesto para ponérmelo en cuanto vea que se acerca el meteoro o el Telediario dé la noticia del inminente impacto. Y una vez enfundado en el traje me tiro de cabeza al Tambre.
¿Por qué al Tambre te preguntarás?... coño, porque pasa a escasos metros de mi casa. Y aunque viviese al lado del mar preferiría tirarme a un río antes que al océano ya que en estos no hay tsunamis. ¿Que pensaste?, ¿que yo soy tonto?... pues no señor. Lo tengo todo calculado. Si te tiras al mar viene la ola gigante y te devuelve a la tierra para que el meteoro te aplaste y por consiguiente te vayas a tomar por culo (pido perdón por la expresión y quiero dejar claro que no es mi intención que te den por culo si no eres maricón. Pero bueno, ya sabéis lo que quiero decir y que esta es una expresión que se suele utilizar para decir que uno se va o se puede ir para el otro barrio. Y esta es otra expresión que viene a significar lo mismo).
Por dónde iba, ah sí... pues eso, para salvarse del impacto mejor tirarse al río que el mar, prueba de ello son los cocodrilos, que dicen es la única especie conocida que persiste de aquel desastre y que seguro sobrevivirá si volviese a suceder lo mismo. Sin embargo las sardinas no se salvarían por lo dicho, la ola gigante las arrojaría hacia la tierra para morir secas o aplastadas. Esa es una teoría de la que estoy totalmente seguro: las únicas sardinas que sobrevivirían al impacto serían las enlatadas con o sin escabeche. ¿Algo que objetar a mi teoría?...
Esta sería una de las opciones de supervivencia, la otra sería lanzar todos los misiles contra el meteoro. Ya sé que ésta es un poco peliculera, pero ante ese peligro que puede acecharnos no nos quedaría más remedio que agarrarnos a un clavo ardiendo. Siendo positivo hasta estaría cojonudo que todas las armas nucleares se fuesen a la mierda por tirarlas contra una piedra.
Otra opción que nos quedaría sería y dado que falta poco, conservar a Brus Güilis entre algodones para que llegado el momento y dada su experiencia en salvar al mundo del impacto del meteoro contra la tierra, meterlo en una nave y que vuelva a hacerlo aunque le vuelva a costar la vida. Digo yo que mejor que palme uno a que palméis tod@s. Yo no la palmaría porque como he dicho unos párrafos más arriba, poco antes del momento del trágico impacto ya estaría buceando por el Tambre.
Y de aquí a allá sabe Dios las otras opciones que surgirán de las prodigiosas mentes de nuestros políticos y científicos, ahora bien, como esté Zapatero por medio es capaz de chafar el remedio.
De todos modos no debemos tomarnos muy en serio lo de los Mayas. Yo si he puesto el reloj es para que no os toméis la vida tan en serio y sí con un poco más de alegría, es el consejo de un hombre que padece depresión lo cual tiene cojones, o como diría el refrán: "consejos doy que para mí no tengo".
Yo no pretendo sacar tajada del tema como hicieron otros que nos acojonaron con aquel famoso "efecto 2.000". El que quiera ser feliz que sea y el que no que se joda como me jodo yo. Pero como habéis comprobado tras las 12 campanadas del 1.999 llegó el 2.000 y aquí no pasó nada. Eso sí, más de un espabilado se puso las botas vendiendo remedios para los ordenadores.
Por otra parte están también las predicciones de Nostradamus y en ninguna de ellas dice que será en el 2.012 cuando el mundo se irá a la mierda, y ¿quién era más listo, los Mayas o Nostradamus?... yo no tengo ni puta idea ya que nací en el 60 y no tuve el placer de conocerlos lo cual me jode bastante, pues a lo mejor alguno de ellos podría predecirme los 6 números del Euromillón.
Dicho todo esto que he escrito, voy a dar por concluida esta entrada diciendo que no se debe creer en esas cosas y para ello pondré el ejemplo del horóscopo que el mío dice que esta noche tendré una velada sexual inolvidable y sin habérselo propuesto a mi esposa ya se está quejando de dolor de cabeza.
Así que mis querid@s amig@s, pese a que el reloj que he puesto sigue contando lo que teóricamente falta para el fin del mundo, no le hagáis ni puto caso y no os deprimáis por su presencia. Yo estoy tan convencido de que la predicción de los Mayas se quedará en nada, como lo estoy de que esta noche tampoco follo por mucho que me lo diga el horóscopo.
Ahora bien, igual que digo una cosa digo la otra y si esta noche mojo... igual los Mayas aciertan.
Lo que sí os aconsejo es que en previsión de fatales acontecimientos es que viváis felices, comáis, bebáis y follar mucho por lo que pueda pasar... y por supuesto cagar a gusto no sea que de comer y beber os reviente una tripa, porque entonces sí que la jodisteis.

1 han comentado:

Jose Antonio dijo...

Ahora caigo que Zapatero desciende de los Mayas, así que ya no hay quién nos salve del fin del mundo.

Un abrazo